Es
jodidamente aterrador
que lo cotidiano deje de ser cotidiano
y que las cosas que antes te hacía feliz hoy solo sea del color gris
y que el
silencio se convierta en ruido
y que el cariño se convierta aversión
o que el ave que cantaba todos los días por la mañana
solo cante los viernes por la
tarde
o simplemente, que el yo nunca
se convierte en siempre.
Mientras el encierro se hace largo, espero nuevos vientos y sigo la corriente.
Nuevo blog :)