27 December 2012

Hoy y quizás mañana



Hoy quiero ver lo bonito de avanzar en edad pero rechazo la ideea de que hay otra que la que tengo ahora. Cuando uno es jóven vive intensamente.
Durante la adolescencia abusamos de las cosas que nos resultan imposibles, del nunca jamás, del para siempre, del fracaso, del no tener limite de la imaginación y es cuando esta nos alimenta.

Un día puedes contra todo y nada te resulta imposible y otro puede que dudes de absolutamente todo.
Es cuando crees que "el siempre" existe y "el nunca" también. Cuando más errores cometes pero cuando más intentas aprender.
Puede que nos pasemos de superficiales y no tengamos nuestros valores claros, religión o fe pero sabemos lo que es vivir, sabemos coger un momento y hacerlo inolvidable, sabemos vivir nuestra vida como si cada instante fuera el último aunque al mismo tiempo fuéramos a vivir para siempre. Porque por mucho que digan, hacerse adulto sirve para hacernos más cobardes, aparentar y para querer complicar.
Es cuando olvidamos que hay cosas nuevas y la vida nos atrapa.

Se nos hace corto a todos.

Vivir, disfrutar, reparar, aprender, no complicarse, no temer al cambio.

Dicen por ahí que cuando nos vamos no nos llevamos nada , por eso no hay que pasar momentos arrepintiéndose de decisiones aunque tampoco tener lo que yo llamo una conciencia amnésica.

Hoy escribo desde un mundo donde hay sirenas enlatadas así que con perdon si mañana me estoy redefiniendo y todo lo que hoy conte se convierte en mentira.
No es la edad lo que me asusta es el cambio de mentalidad.