Estos días soñe que no era yo.
Por tanto todo lo que soy ahora era absurdo, como si no hubiera existido.
No leía, no dormía hasta las tantas, no decía tonterias, no calzaba un 37 y mi pelo no lucia el color de siempre, morado.
Me miré en el espejo desde otros ojos un tanto claritos extraños, por encima del hombro. ¿Qué hacía todo aquello allí, en mi habitación, en mi vida?, ¿qué ropa era aquella? ¿y esos libros, y esas fotos? Todos esos recuerdos de quienes eran y lo importante del asunto, quien era yo?
Empecé a temblar, a tirar cartas ¿quién demonios me escribe? a tirar cds y preguntandome ¿quién podría escuchar esto?
Después de una larga ducha y otras cosas que no encajan en el puzzle, fue secarme con una toalla que no llevaba suavizante –cosa que me recuerda a mi madre - llamé a un matón pero no recuerdo la conversación, sólo que estaba nervioso y los latidos del corazon le delataban, era como un criminal ante su primer asesinato pero como si yo sentiria las sesaciónes de estar dentro suyo atrapada.
Cuando me desperté, aún habían trozos olvidados tapizando mi comprensión y recibí un mensaje: "Hoy me estás ignorando!"
Volvía a ser yo. No estaba a salvo de nada y nadie.